lunes, 7 de diciembre de 2009

Persecuciones

Realmente, pensé que la había despistado. Subí el cierre de la campera. Me coloque los auriculares y subí el volumen. No la veía por ningún lado, tampoco escuchaba lo que difundían los auriculares en mi. Puse en contacto la moto, la encendí y acelere. Ni detrás de los autos, ni detrás de los arboles, no me seguía, pero tampoco me confiaba ¿había logrado engañarla, o me estaba dando tiempo para intentarlo?. Acelere a tope y el frió puntiagudo me carcomía el cuerpo. ¿Realmente se la puede engañar con una rotunda negación? Sabia perfectamente que nunca desaparece y menos en estos casos. Con pensamientos e ideas paganas hice tiempo hasta llegar a mi casa. Creí que así la mantendría alejada, al menos por el resto de la noche.
Llegue a casa, me baje de la moto, la ate y la tape. Entro a mi casa vacía. Me lave con furia y desesperacion la manos y el rostro, tratando de despojar todo tipo de culpabilidad.
Entro a mi habitación, enciendo la luz y ya libre de proción cierro tranquilo la puerta y al caminar junto al espejo, la vi, estaba ahí, mirándome fijamente y sin parpadear. "demasiado tarde" Pensé, "me atrapo".