jueves, 20 de mayo de 2010

Mendoza, otra vez...

Siguiendo con las Bitácoras...


Llegue a Mendoza en la madrugada de mi cumpleaños, rodeando las dos de la mañana. El camión de tomates me dejo en la terminal, donde pase el resto de la noche en un banco de espera. A la mañana temprano me fui a comprar el pase para entrar al Parque Provincial y pasar allí una jornada de tres días pero antes me fui a Uspallata, ahí decidí quedarme hasta el otro día para poder descansar bien para el otro día poder entrar al Parque Provincial Aconcagua.

El llegar al camping municipal de Uspallata me trajo muchos recuerdos del año anterior donde junto a Soren y Brent dos hermanos de Dakota del Sur pasamos unos días esplendidos de mucho mate, choripanes y competencias de viajes. Me era imposible no pensar donde estarías en ese preciso instante esos dos personajes, viajando, en casa, trabajando, viviendo...

Aconcagua par mi es un punto aparte siempre, cuando lo recuerdo dejo de pensar en todo y lo que tengo a mi alrededor se desploma como polvo. Aconcagua es sinónimo de fuerza, esperanza, miedo, valor y un sin fin de sentimientos encontrados. No pude, como soñaba, pasar el día de mi cumpleaños en este inhóspito lugar, lo hice dos días después, lo cual hizo que las ganas subir aumentaran hora tras hora. Desde que me fui del Parque en Marzo de 2009 sabia con profunda seguridad que volvería, no siendo millones pero si con otra mentalidad.

Aconcagua es como releer ese libro del cual sacaste muchas cosas positivas, es leerlo para poder sacarle un poco mas de jugo, es volver a ver lo visto con otros ojos, otra percepción de las cosas, Aconcagua es así, Mendoza es así y todos somos así, nunca hay que dejar de lado otra segunda oportunidad; decidí darle esta segunda oportunidad al punto mas alto de esta América mayúscula para que me mostrara un poco mas de el y ver que la tierra no es tierra no mas, sino todo lo que nos rodea.


Esto es Confluencia el campamento base, allí pase dos noches y tres días, el terremoto que sacudió a Chile cambio algunos aspectos del camino a Plaza Francia y después de casi una semana del acontecimiento, creanme que este lugar si que se seguía moviendo. La Tierra esta molesta y se quiere liberar de todos los males que le ocacionamos, no lo podemos evitar y esta bien que así suceda, por mas que nos cueste la vida.

Me fui de la Cordillera y llegue a Mendoza Capital a visitar a Luis, el me levanto con su padre en la ruta 7 rumbo a Aconcagua en 2009 y desde allí nació una amistad. Llegue a su casa eso de las seis de la tarde, luego de abrazos y saludos y un poco menos de euforia nos sentamos a tomar unos mates y me comenta que al día siguiente su padre tenia una invitacion a El Salto que queda arriba de Potrerillos y que si me interesaba estaba invitado.


Mi respuesta a la propuesta de Luis fue mas que positiva. Al otro día salimos por la Ruta 7 hasta Potrrillos y de ahí hasta El Salto, este lugar es fasinante y muy empinado. Fuimos a la casa de un amigo del padre de Luis donde nos esperaba con su señora, su hijo y la novia. Pasamos un día inolvidable, la altura de los cerros vecinos nos daban un clima muy cálido, el humo que salia de la parrilla, el vino y pan para compartir, la generosidad de esta familia que nos propino una agradable estadía me recordó mucho a mi casa, a mi viejo haciendo el asado y a mi vieja preparando la ensalada, son esas pequeñas cosas que por un instante te emocionan el alma y te hacen sentir mas que cómodo en un lugar totalmente desconocido.

Volvimos a la ciudad y allí me quede par de días mas hasta que Luis se fue por un fin de semana a San Luis y yo me quede. Me fui a tirar el paño a la plaza y totalmente dispuesto a dormir allí. Por la tarde apareció Elodie, una chica de Francia que viajaba a dedo como yo y nos quedamos conversando toda la tarde de lo bueno de viajar así y como uno se nutre del camino y de la gente que conose mientras viaja; Elodie me cuenta que esta parando en un hostel y que es caro y que había decidido dormir en la calle para no pagar otra noche mas, de repente, apareció Ruben, se acerco para ver mis pulceras y nos quedamos un rato largo conversando, hasta que me cuenta que tiene un solo hijo y le salio mochilero y ahora estaba en Europa, estaba muy triste por que se había ido hace dos años y hacia uno que no sabia nada de el. Ruben nos invito a su casa en el centro de la ciudad y junto a el y a su mujer pasamos cuatro días fantásticos, recorrimos la ciudad, fuimos al cine de la universidad y todos disfrutamos la compañía de todos.

Luego de estos días en la casa de Ruben, con Elodie decidimos seguir viaje, ella se fue a Chile para hacer unos grafitis en un hostel y yo me fui a San Rafael para comenzar mi viaje al Sur de mi país.

Llegue a San Rafael entrada la noche, en la Oficina de Turismo me indican donde tomar el colectivo que me dejara en al entrada del camping. Camino una cuadra y media y en la parada había, esperando también el colectivo, una pareja de extranjeros, el tenia rastas rubias piercing, ella tambien, ambos tenian riñoneras, se notaba a la legua que no eran de estas tierras. Me pare detras de ellos y con un saludo de por medio Yago me pregunta si me dirijo hacia el camping, le dije que si y ahi nos presentamos, me dijo su nombre y el de su novia, Maria. Me comentan los precios del camping y en ese momento me di cuenta que estaba parado justo en frente a la puerta del Sur, entendi que de aqui en mas no encontraria cosas economicas como en el norte o en cuyo, aqui era todo mas caro.

El colectivo nos dejo en la entrada sin luces del camping, nos dijeron que tengamos cuidado con los robos y que no caminaramos de noche. Yago se ofrecio a llevarme la mochila mas chica, en el camino me cuentan que vienen de Galicia, España y que hace un mes y algo mas que estan en Sudamerica. Me registre y me puse a montar la carpa bajo los arboles por si llovia. Al ver la carpa de Yago y Maria me di cuenta que no eran los turistas tipo, esos que vienen con mochilas y equipo de Quechua y con toda la tecnología encima, mas bien eran muy comunes, su equipo era muy básico y les importaba mucho mas el viaje en si que el equipaje que se necesita para hacerlo.
Comimos un paté y unas galletitas y así pasamos la noche contando nuestras vidas y hablando un poco de esto y un poco de lo otro.
Al otro día quedamos en que íbamos a ir a Valle Grande, pero por llegar tarde a la parada del colectivo que nos llevaría, lo perdimos y así tuvimos que pasar un día mas en San Rafael, yo me fui a parchar y ellos se fueron a pasear por la ciudad. Al llegar al camping tenia que abonar una noche mas y como lo que cobraban no me parecía un precio justo, hable con el dueño del camping le dije que me cobrara por persona que iba a dormir en el suelo solo con la bolsa. Esa misma noche nos metimos en lavadero para dormir, ya que se venia una tormenta y los chicos no tenían cubre techo para la carpa.
Ya mas entrada la noche, apareció un francés que venia de mas al sur en moto y mas tarde aun, apareció un chico de buenos aires que se lo encontró al francés en medio del ripio y le presto un poco de nafta para poder seguir viaje hasta San Rafael; juntos compartimos dos botellas de vino y algo de comida, el único mochilero en el grupo era yo y eso era lo bueno, todos viajábamos de maneras diferentes, pero todos con las mismas ganas de conocer y aprender, y así fue que dos gallegos un francés y dos argentinos compartieron una noche de risas, cuentos, anécdotas y vivencias propias bajo un cielo de millones de estrellas que la tormenta prometida nunca pudo ocultar.

Al otro día, levantamos campamento y nos fuimos a la ruta, Yago y Maria nunca habían echo dedo en Argentina por que siempre les decían que tuvieran cuidado con los robos, las violaciones y un sin fin de cosas que en la ruta no pasan; así que les propuse hacer dedo de a tres, era un poco difícil, pero no imposible. Salimos a la ruta rumbo a Malargue, Valle Grande había quedado atrás y decidimos seguir viaje mas al sur, acordamos hacer dedo los tres juntos durante una hora y sino pasaba anda nos separábamos, paso mas de una hora y como charlábamos todo el tiempo, ni cuenta nos dimos, nuestro cartel de "SACAME DE ACÁ" funciono y nos levanto una camioneta, Yago se subió atrás y Maria y yo adelante, una vez adentro el conductor nos dice que va hasta ahí no mas, solo un kilómetro y un poco mas. Al bajarnos nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado el cartel arriba de la camioneta y enseguida nos pusimos a buscar cartón para hacer otro cartel, en eso estábamos hasta que Yago comenzó a gritar: "viene un camión, viene un camión!!!" y yo con mi cartel a medio terminar que decía: "SACAME DE A" salimos los tres a la ruta a gritar y a saltar para que el camión frenara y lo hizo, igual muchas opciones no tenia, el hombre se encontró con tres personas en una banquina desierta saltando como locos y gritando sin parar, muchas opciones no tenia. Al abrir la puerta del camión vimos que el chofer llevaba a un acompañante y aun así freno y nos llevo rumbo a Malargue.


Allí llegamos y nos abrazamos sintiéndonos victoriosos por un buen día de dedo. Nos fuimos directo a la Oficina de Turismo para buscar lugar donde acampar y nos mandaron al camping municipal, allí armamos todo y después de acomodarnos bien, decidimos ir a dar una vuelta por el lugar para ver un poco la ciudad. Muy tranquilos salimos caminando, hasta que veo un chico que venia con paso decidido rumbo a nosotros, lo miro bien y ahí me di cuenta que era Matias, alias "El Pela", con Matias nos habíamos visto por ultima vez hacia un año atrás y desde ese entonces no sabia nada de el, solo que el estaba en Córdoba con El Rengo, otro chico mas de AutostopArgentina, nos abrazamos sin poder creer el encuentro y nos reíamos sin parar. Después de los saludos, quedamos en vernos a la noche para tomar algo y charlar un poco. Salimos del camping recorrimos la ciudad y por la noche en el camping nos juntamos con El Pela y una pareja de Buenos Aires a comer y tomar algo, fue una noche larga y muy cálida, era una típica juntada de camping, gente de varios lugares y muchas historias por contar.
Al otro día nos despedimos de Pablo y su señora, la pareja de baires y del Pela, ya que nosotros nos íbamos rumbo al sur, esta vez mirábamos el horizonte sin buscar un lugar en especifico, solo el sur.

Después de dos horas en la salida de Malargue y muertos de calor, nos levanto Jerónimo, un gringo argentino que vivía en Bardas Blancas, Maria y yo íbamos adelante y Yago atrás, sentado en 4 tanques de combustible que llevaba Jerónimo para su pueblo ya que tenia una estación de servicio y una vez a la semana iba a buscar el combustible para abastecerse toda la semana. Durante el trayecto, por la ruta de ripio, nos cruzo un camión que transportaba gas butano, nos llamo la atención ver semejante camión por una ruta tan desolada y en el fondo pensamos, como buenos viajeros que somos: "ese, seguro va lejos"

Llegamos a Bardas Blancas y ni bien bajamos de la camioneta, nos dimos cuenta que estábamos en el medio de la nada misma, solo el cartel de bienvenida, una garita, una gomeria y nada mas. Nos estábamos despidiendo de Jeronimo, cuando vimos que el camión que nos había pasado estaba parado en la garita, el gringo argentino nos aconsejo hablar con el camionero para ver hasta donde iba y si nos podía llevar, luego de la despedida, con Yago nos fuimos a sacar algunas fotos para registrar el paso por Bardas Blancas.
Vimos que el camión estaba vacío y que el camionero estaba en la gomeria hablando con un hombre, sin prestarle mucha atención nos separamos los tres y caminábamos por el lugar, en un momento, veo que el camionero se vuelve para el camión y antes de llegar se topa con Yago, el lo saludo y comienzan a charlar, en el momento en que yo llego, Yago le explicaba que eramos tres, que ellos era de Galicia y yo de Buenos Aires, el camionero se presento, Jose dijo que era su nombre y que era de Brasil, unos minutos después apareció Maria y después de todo el saludo y la presentación, Jose dijo: "bueno, ¿vamos chicos?".
Nos subimos al camión de este hombre sin pensar todo lo que vendría en la semana próxima, victoreamos felices por conseguir que un camión de estas dimensiones nos levantara, Jose es uno de los personajes mas personajes que me mostró el camino, pero eso es parte del próximo relato, cuando entremos en la riquísima provincia de Neuquen.

Gracias por la paciencia, estoy seguro que me lees.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas historias!

Martin "El Toro" Mochilero dijo...

gracias Amigo Anónimo!